sábado, 15 de enero de 2011

Notas de 2011

No conozco muchos dichos más populares que el año nuevo, vida nueva. No sólo su conocimiento es casi global, sino que además consta con una importante influencia en la sociedad, que se marca propósitos y piensa en mejorar sus hábitos para el año que va a estrenar. Personalmente, estas buenas intenciones las solía macerar en septiembre, coincidiendo con el inicio del curso. Constancia, responsabilidad, pensamiento a largo plazo... y demás premisas de los que son mejores estudiantes en la teoría que en la práctica.

Este año, ante ausencia de curso estudiantil, yo también empiezo a guiarme por el cambio de dígito en el calendario. Adiós al humo, espero seguir cumpliéndolo. Por lo demás 2011 me parece que será un año importante. En marzo, si se cumplen las fechas de la agencia, me iré a trabajar a un hotel de alguna zona rural del Reino Unido hasta octubre. Experiencia importante, que necesito, y que aún veo lejana. Quizás por ello la espero con ansia.

En cuanto al blog, cambiaré un poco de método. No soy capaz de recordar la cita ni a su autor, pero una vez leí que cualquier objeto, nada más saberse observado, varía su comportamiento. Por supuesto que quiero ser leído, ser consciente de dicha observación aumenta la exigencia personal y con ella el ingenio y el esfuerzo, pero ya no publicaré mis actualizaciones en mis redes sociales. Con ello evito al lector ocioso, el que nunca me leería sin el cebo recordatorio. El que quizás menos debería influirme y sin embargo más lo hace. La temática no sé cómo seguirá ni con que frecuencia, aunque espero que al irme de España este blog me sirva como refugio personal, emocional.

Lo que tengo claro es que seguiré escribiendo. Pocas veces me he sentido tan realizado y valorado gracias a la escritura que en estos primeros días de año. En primer lugar, el día de Reyes, además de recibir regalos en efectivo y en especie, un lector de la familia me sorprendió con una crítica casi profesional de lo aquí publicado. Sincera y constructiva. Espero que no sea la última; es un empujón tremendo para mejorar, además de la consiguiente autoestima de sentir que te toman en serio. En segundo lugar, he tenido la enorme suerte de ver publicado un artículo mío en la web de El País. Dicho diario creó a finales de 2010 un rincón digital llamado Preparados, un juego de palabras que animaba a los jóvenes españoles con estudios y mala situación laboral a contar su situación. Además, en diciembre comenzó mi colaboración con El Revistín, publicación bimensual de carácter local, en el que escribo de deporte enfocándolo siempre desde el prisma avilesino. Aquí dejo ambos textos a modo de caja fuerte digital, no quiero que estos recuerdos se pierdan.

Pagar por trabajar (elpais.com 12/01/2011)

Tengo 24 años, estoy recién licenciado y, visto el panorama, no tengo aspiraciones de encontrar un trabajo digno con mi carrera de Administración y Dirección de Empresas. Cuando terminé la licenciatura sabía que empezar a trabajar iba a ser difícil sin un expediente realmente brillante. Preparé un buen currículum, y me apunté a varias páginas de búsqueda de empleo donde me inscribía en las diferentes ofertas de trabajo como quien sella un billete de lotería. Si ya es difícil encontrar ofertas remuneradas para jóvenes sin experiencia -que me expliquen como voy a conseguirla-, lo realmente duro es ver que para un solo puesto de trabajo son más de 800 inscritos. Imposible.

Decidí probar con otro método. Busqué gestorias, asesorías fiscales y cualquier tipo de empresa mediana que tuviese relación con mis estudios y con página web y dirección electrónica. Envié decenas de currículums y de cartas de presentación, casi siempre personalizadas. De los cerca de 100 correos que mandé, unos 15 obtuvieron respuesta, casi siempre automática, dando las gracias e informando de que pasaba a formar parte de una base de datos para futuras contrataciones. Una empresa me llamó, concretamente una asesoría de comunicación, concertando una entrevista para el lunes siguiente. Planeé el viaje, preparé la entrevista y llegué puntual a la cita. Nada más empezar la entrevista, justo después de preguntarme sobre cómo me había ido el largo viaje, me advirtió de que la entrevista no era para un puesto vacante actual, sino que se trata de un proceso previo a incluir mi currículum en la base de datos. 1000 kilómetros en dos días para conseguir que metan mi ficha en una carpeta con 50 aspirantes más.

Aún así, esto no es lo más denigrante. Totalmente hastiado y cansado, cambié el chip y pensé en mejorar mi inglés en el extranjero para volver cuando las cosas estén mejor y con mucho mejor nivel de inglés. Hace unos años la posibilidad de irte a Londrés, Dublín, o cualquier otra ciudad anglosajona importante, y encontrar un trabajo rápido era relativamente fácil. Ahora, por razones evidentes, no lo es tanto. Así que preferí utilizar la opción de irme mediante agencia. Estas agencias operan en España y funcionan consiguiéndote un trabajo, normalmente de perfil bajo, tras el cobro de unos 600 euros. Pagar para trabajar. Lo sorprendente fue que al llamar a varias de ellas, todas me dijeron lo mismo: hasta dentro de unos meses no hay nada. Y es que ya no sólo requerimos sus servicios jóvenes estudiantes con ganas de mejorar nuestro idoma, sino que españoles sin aspiraciones aquí están dispuestos a pagar por trabajar, sea donde sea y sea como sea.

Y mientras los jóvenes de media Europa luchan contra estas injusticias, aquí no ponemos el grito en el cielo a no ser que unos controladores interfieran en nuestras vacaciones. Así nada va a cambiar.

El deporte por bandera (El Revistín, nº87, diciembre 2010)

Allá por los años 20 del siglo pasado, el pueblo de Avilés decidió su bandera. No es algo que pase muy habitualmente. Hablando en términos municipales, la bandera no suele tener gran caché ni relevancia, es el escudo el que más a menudo esconde una gran historia tras de sí. Nuestra bandera también la esconde, y tiene que ver con el deporte. Así lo recogieron Jorge Valverde y Alberto Rendueles en el gran “Avilés y su fútbol. Un siglo de historia”, y así lo recordó recientemente Alberto del Río Legazpi en un artículo.

Eusebio Fernández Muñiz, además de ser un importante representante industrial avilesino, fue un gran aficionado al fútbol. Buena parte de su carrera profesional transcurrió en Barcelona, donde llegó a ser vicepresidente del club barcelonés Sociedad Española de Football, actual RCD Español. Esta experiencia le sirvió a su regresó a Avilés, donde el principal club de fútbol de la época, el Stadium Avilesino, aún no tenía claro cuales serían los colores de su vestimenta. Eusebio Fernández resolvió el problema. Utilizando sus contactos consiguió que el Stadium vistiese unos uniformes idénticos a los del club barcelonés: blanquiazules a franjas verticales. Hasta hoy.

Una vez asentados los nuevos colores, y dada la gran popularidad del fútbol en Avilés, fueron muchas las pastelerías que aprovecharon para adornar los no menos populares Bollos de Pascua con banderas blanquiazules, como las del Stadium. Gracias a esto, y con el paso del tiempo, la bandera del Stadium, añadiéndole el escudo de la ciudad, se convirtió en la bandera municipal, sustituyendo al hasta entonces tradicional pendón municipal de color rojo fuerte. Lo popular se transformó en institucional.

Hoy en día, el fútbol de la ciudad pasa por sus peores momentos y vive situaciones inexplicables, pero el deporte no ha perdido fuerza en Avilés. Baloncesto, balonmano, rugby, atletismo…; y también competiciones de deportes más extravagantes, como equitación o regatas de vela, se dan cita en nuestra comarca. Incluso un equipo de fútbol sala ha recuperado el nombre del añorado Stadium. Estos clubes y torneos modestos, compartirán espacio en esta sección, que hoy se presenta aquí, con los eventos de importancia que se produzcan en la ciudad, así como con los deportistas más destacados de la zona.

En este 2010 que ahora termina, Avilés y su comarca, si bien no cuentan con apenas representación en la élite de los deportes más relevantes, si pueden presumir de haber acogido importantes eventos deportivos. El Campeonato de España de Atletismo, celebrado a mediados de Julio en Avilés y retransmitido por RTVE para toda España, y el Campeonato de Europa de Piragüismo, que llenó las inmediaciones del pantano de Trasona en agosto, son buena prueba de ello. Por si fuera poco, los avilesinos pudimos disfrutar en noviembre de una charla en el Complejo Deportivo Avilés de El Quirinal con Vicente del Bosque, el seleccionador que consiguió el primer Mundial de fútbol para España.

Ahora, y para cerrar la agenda deportiva de este 2010, queda una de las pruebas más populares de las que se disputan en la ciudad: la tradicional San Silvestre. Otro año más serán miles los avilesinos que despidan el año corriendo por el centro de la ciudad. Y es que Avilés, se mueve.