viernes, 13 de agosto de 2010

De palomas, toros, y demás hipocresías


El Ayuntamiento barcelonés acaba de adjudicar a la empresa Colomba Control el contrato para la captura y sacrificio de 64.700 palomas hasta diciembre de 2011, que se sumarán a las 23.000 que se han eliminado en lo que va de año.

Las aves son capturadas por medio de redes y jaulas trampa en las zonas de mayor presión urbana de estos animales para posteriormente ser asfixiadas con C02.


Hace tan solo unos meses esta noticia habría pasado inadvertida para la sociedad, colectivos en defensa de los animales al margen. La superpoblación de estas aves en Barcelona, con una densidad muy superior a la habitual e incluso a la recomendable, necesitaba de medidas de actuación. De exterminación. Es algo que personalmente entiendo perfectamente. Las palomas en exceso son molestas y según que expertos insalubres. Invaden nuestro placer. Fuera con ellas.

¿Por qué toma importancia entonces la noticia? Por lo hipócrita. Hace dos semanas el Parlamento de Cataluña prohibió las corridas de toros en la comunidad a partir de 2012. Tras meses de reuniones parlamentarias que incluían a políticos, ecologistas, filósofos y expertos (¿?) llegó el día de la votación con el resultado ya conocido. No a la tortuta, no al maltrato, no a la humillación animal para obtener placer: esta era la base de todos los argumentos de los políticos que salían sonrientes tras el pleno.

Todo era mentira. Excusas. El verdadero objetivo de aquella votación no fue más que el hecho de decidir si a los que no nos gustan los toros -son realmente deprimentes y vergonzosos- podíamos prohibir a aquellos que si disfrutan, con lo que consideran una fiesta, seguir haciéndolo. Una especie de juego de a ver quien la tiene más larga recubierto de tintes nacionalistas y populistas y envuelto con el siempre maravilloso lazo del maltrato animal. Con purpurina.

No me parecería nada mal que el juego empezase a cambiar. Es más, me encantaría ver con mis propios ojos como la democracia, que pretende resultados extraordinarios con los votos de la gente ordinaria, se ve sustituida por otro sistema más eficaz. Pero aún falta mucho para eso y los tiros no van por ahí. Los tiros por desgracia simplemente los guía la estupidez, el complejo y la falta de interés general. Espero que leer esto dentro de unos años me sirva al menos para ver que la hipocresía es un mal endémico. O, si todo va bien, para sonreir cariñosamente al ver que vivo en una sociedad mejor.

1 comentario:

  1. En Londres hay palomas hasta en las estaciones de metro....

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