martes, 3 de agosto de 2010

¿Desea usted reiniciar ahora?



¿Qué pasaría si todo empezase otra vez? Y con todo me refiero a nosotros. Humanos. Estoy convencido de que hay absurdeces que sólo se mantienen por el hecho de que llevan haciéndose un montón de tiempo. Sólo los siglos son capaces de preservar según qué situaciones. O a mí así me lo parece, que es de lo que va esto.

Concretaré. Los funerales. Un montón de personas reunidas con el único objetivo de demostrar que la persona recién fallecida era lo suficientemente importante para ellos como para pasar la tarde allí. Porque nadie lo pasa bien. Ni los que realmente están sufriendo la pérdida, aún tan reciente, ni los que tienen que ir a dejar claro su pésame -me niego a hablar de lo que piensa el muerto-. Todos incómodos. Y seguimos haciéndolo: "Es lo que hay que hacer". Pocas frases me dan tanto pánico.

Si bien la situación es ya de por sí innecesaria, existen detalles que la hacen aún más escalofriante. Las hojas de firmas. No sé si es común o no, por suerte estoy casi limpio de este tipo de actos, pero existen. En los tanatorios, a la puerta de cada habitación, existe una hoja para quién lo desee pueda dejar constancia de que estuvo allí. Presente. ¿Cuál es el rancio objetivo de esto? Por más que me esfuerce se me hace imposible comprenderlo. No me imagino a ningún huérfano o viudo repasando la lista por la noche, intentando recordar mentalmente quien falla. No me imagino a nadie sintiendo algún tipo de alivio por llegar y firmar. Por haber cumplido. Creo que hay otras maneras de demostrar cariño bastante mejores. Y mucho más sanas.

Como siempre, se me fue de las manos: el ejemplo ganó al tema. Todavía me cuesta mucho sintetizar y poder obviar lo superfluo. Aún así la idea es clara: sin el constante paso del tiempo y la repetición de los hechos, hay muchas cosas que no serían así. ¿En qué época empezamos a tener miedo a estar solos y por qué? ¿Desde cuándo la dependencia nos llena? De niño no había cosa que más molestase que otro niño fuese a tu casa a tocar tus cosas. Que alguien invadiese tu pequeño espacio, tu corralito, el de nadie más. De mayores, a todos nos aterroriza alguna vez (en el mejor de los casos). ¿Cúando empezamos a vivir en pareja? ¿Y a casarnos?

No sé si algún día conoceremos cómo sería esto de otra manera o si seremos capaces de cambiarlo tan rápidamente como para que yo lo vea. Borrar toda la herencia cultural y empezar de cero. No sé si sería mejor o peor, pero nos libraría de bastante terror.

Pepe del futuro, ¿te acuerdas de lo especialmente estúpido y existencial que te ponías en agosto? Te encantaba.

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